No puede pasar hoy sin que me acuerde de aquel fatídico día de hace un año. Recuerdo que en un primer momento yo me enteré en el autobús subiendo a la universidad, por la conversación que mantenían dos mujeres. A esas horas todavía se contabilizaban unos 40 muertos. "Qué barbaridad!", pensaba yo, y al final fueron unos 200.
Pero no me gusta pensar que fueron las únicas víctimas en todo esto. Cuando me acuerdo de ellos me acuerdo también de los palestinos, de los presos de Guantánamo, de los iraquíes, de los afganos, y de todos aquellos con los que no somos capaces de dialogar para entendernos. A veces pienso que sería tan fácil con un poco de humildad...
Javi
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